¿De qué trata la experiencia?
El documento sistematiza las acciones desarrolladas y lecciones aprendidas con el Programa de Inserción Laboral de la Población con Discapacidades Visuales. Aunque se trata de un programa ejecutado de forma simultánea en Argentina, Chile y Uruguay desde el 2001 hasta el 2005, con financiamiento del BID, la Fundación de la ONCE para América Latina y de los gobiernos de cada país, ésta experiencia refleja lo acontecido solo en Sub Programa Argentina.
De acuerdo al componente 1 de capacitación e inserción laboral, se han implementado estas actividades:
● Cursos de preparación actitudinal y formativa, previa a la capacitación laboral. Duración 20 horas distribuidas en un mes.
● Cursos de Informática (Windows, Word, Excel, Internet y tiflotecnología).
● Cursos no tradicionales como telemarketing, manejo de pequeños comercios, Cata de Aceite de Oliva y Testeos Olfativos.
● Asesoramiento para el desarrollo de micro emprendimientos
● Gestión del acceso a pasantías en empresas. Se firmó acuerdo con diversas instituciones públicas y privadas para la inserción laboral de los beneficiarios. En el caso de Buenos Aires y el interior del país, no solo se buscó alianzas con entidades, sino con gremios y sindicatos de personas
con discapacidad. Otro elemento importante fueron los informes de evaluación de los docentes que estimaban las posibilidades de inserción de los participantes.
● Seguimiento laboral de los/as beneficiarios/as, a partir de su inserción. Es la etapa de evaluación continua y los apoyos necesarios hacia el/a trabajador/a y la empresa y consta de, al menos, los siguientes momentos: 1) Integración al medio de trabajo. 2) Adaptación a la tarea. 3) Dominio del puesto. 4) Apoyo hacia la empresa.
“La experiencia argentina evidencia que el seguimiento resulta imprescindible: 1) Para comprobar si la colocación en un empleo es satisfactoria; 2) Trabajar sobre los obstáculos que puedan impedir al trabajador adaptarse satisfactoriamente. 3) Lograr la sostenibilidad y el crecimiento del trabajador en el puesto”. Se elaboró instrumentos de seguimientos que fueron aplicados por un consultor. “El desarrollo de esta etapa contribuyó, en forma sustantiva, a: incrementar la calidad de los empleos logrados, valorar la tarea desempeñada por el trabajador, evitar el deterioro de la persona con discapacidad en su medio laboral, crear seguridad en todas las fases del proceso de integración y mejorar el clima laboral”.
● 148 cursos realizados y 1.241 beneficiarios que adquirieron habilidades y competencias para acceder a diferentes áreas del mercado laboral, más allá de los tradicionales.
● 48 personas que culminaron el curso de manejo de pequeños comercios instalaron sus kioscos en diferentes puntos del país. A esta experiencia se la denominó Cadena Q y conllevo tres etapas: “1) La identificación de aliados y la búsqueda y obtención de espacios públicos. 2) La convocatoria, selección y capacitación de los beneficiarios. 3) La construcción, montaje y puesta en marcha de los kioscos”.
● 3 de 19 participantes del curso de cata de aceite de oliva se emplearon en empresas aceiteras formando incluso un panel de expertos que participaron en concursos a nivel nacional.
● La mitad de los/as participantes en los cursos testeador perfumístico, hilandería y auxiliar de radiología para cámara oscura consiguieron empleo.