¿De qué trata la experiencia?
El Programa de Empresarismo para la Juventud Rural (Programa Emprendeedorismo do Jovem Rural – PEJR) fue creado por el Instituto Souza Cruz, a partir de la premisa que la juventud rural representa un segmento estratégico para la sostenibilidad generacional del campo y el desarrollo sustentable de las áreas rurales, pero una agricultura fuerte y económicamente activa depende de las inversiones que se realicen en la capacitación de las y los actores sociales habitantes de los territorios rurales.
En una primera ronda de diagnóstico, fueron invitados los/as representantes de movimientos y actores sociales a discutir la importancia estratégica de construir un proyecto para la juventud rural focalizado en la educación.
Ese grupo definió la utilización de la Pedagogía de Alternancia como metodología educativa capaz de responder de forma contextualizada y adecuada a las demandas de los jóvenes rurales. Con algunos ajustes, de acuerdo a las lecciones aprendidas, este es el modelo pedagógico que utiliza actualmente el PEJR.
El Programa utiliza como base pedagógica LA ALTERNANCIA, la cual intercala periodos de aprendizaje en los núcleos de formación con periodos en la unidad familiar de producción, integrando así una formación teórica y práctica.
En una primera etapa de participación de la familia de los/as jóvenes es fundamental, dado que se parte de la premisa que esta posee saberes prácticos, no académicos, capaces de aportar conocimientos concretos a las y los jóvenes, tales como prácticas de producción, cultura y costumbres.
En una segunda etapa, los conocimientos aportados por las familias son incrementados con conocimientos científicos, especialmente con innovaciones productivas. De esta forma, el Programa contempla un total de quince (15) secuencias de alternancia, entre el núcleo de formación (secuencias de una semana) y la unidad familiar (secuencias de dos semanas), para la formación de los jóvenes emprendedores.
La formación que brinda el Programa a los/as jóvenes rurales busca complementar su educación formal en tres directrices: humana, técnica y gerencial.
Al final de la secuencia quince, cada joven debe desarrollar un proyecto de vida para construir, de forma calificada y sostenible, una propuesta de negocio para contribuir a generar renta en el campo, para su familia y su comunidad.
Para la financiación de las propuestas de negocios, durante el proceso de formación los jóvenes reciben orientación de los programas y líneas de crédito a los cuales pueden acceder, como el Programa Nacional de Crédito Fundiário o el PRONAF JOVEM, iniciativa del Gobierno Federal.
Durante su ejecución (2000-2009), el PEJR ha formado 293 jóvenes, hombres y mujeres, como Agentes de Desarrollo Rural. Los informes de seguimiento y evaluación del Programa muestran que un alto porcentaje de los/as jóvenes que han participado en el PEJR continúan en el medio rural desarrollando sus emprendimientos de forma sustentable.
Muchos/as han pasado a ocupar cargos de liderazgo en las asociaciones, colectivos juveniles y cooperativas presentes en sus territorios, llegando incluso a influir en las agendas públicas de desarrollo rural. Se constata así, que los/as jóvenes capacitados/as técnicamente y conscientes de su papel como ciudadanos/as, llegan a sobresalir en sus comunidades y a influir en su desarrollo.